"El que no trabaja se muere de hambre". Estas fueron las palabras de Gabriel Barrientos, de 57 años, quien padece de una discapacidad en su pierna izquierda, pero eso no es impedimento para que salga a la calle a buscar el pan de cada día.

Este vendedor ambulante es pensionado de riesgos profesionales desde hace 24 años. Es viudo, sin hijos y tiene su residencia en las 500 en San Miguelito.

LARGA JORNADA

Desde que son las 10:00 a.m. apoyado de sus muletas, empieza su jornada como vendedor ambulante en la vía Ricardo J. Alfaro, mejor conocida como Tumba Muerto. Barrientos vende, maní turrón, "pepermín", chiclets, chocolates, entre otros productos, todo esto a un precio módico de un dólar o cincuenta centavos.

Él necesita cuidar su piel, pues tiene ostrosis, una enfermedad de los huesos que le da mucho dolor. "A la edad de 28 años, un accidente me cambió mi vida cuando trabajaba en el G-2 de las Fuerzas de Defensas en los tiempos de Noriega. Recuerdo que iba en mi moto y de repente un carro me chocó, perdiendo mi pierna izquierda", relató Barrientos.

Su familia estaba formada por nueve hermanos, pero lamentablemente uno murió.

Solamente vende estos productos, pues no son pesados y los puede cargar, ya que su condición no se lo permite. Gabriel con lo que vende puede comprar sus medicamentos, pues con la pensión que recibe es muy poca para sufragar sus gastos. Mientras DIAaDIA lo entrevistaba, este señor esperaba el cambió de luz del semáforo para venderle a los conductores su mercancía, que por cierto tiene muy buena venta, por su forma de tratar a las personas. Es un ejemplo para aquellas personas que piensan que en la vida les va mal y no buscan una manera sana de mejorar su situación.

MENSAJE:

Gabriel Barrientos le manda a preguntar al Presidente de la República y al Director de la Policía. ¿ Cuántos casos de homicidios han resuelto, pero sin estadísticas?