El Papa Benedicto XVI condenó con dureza el nazismo y el comunismo, afirmó que cada vez que una ideología totalitaria pisotea al hombre toda la humanidad está seriamente amenazada y pidió que no se olviden estas formas de "inaudita violencia" para que no se repitan. El pontífice recordó la Segunda Guerra Mundial, a la que calificó de "suicidio de la humanidad".
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