A punta de ensaladas de mango. Querer es poder, y de esto da fe Juliana Dabuena, pues con mucho esfuerzo hoy día tiene su propio negocio.

Aunque es oriunda de República Dominicana, se siente panameña. Llegó al Istmo en 1986, en busca de un mejor futuro para sus tres hijos, ya que en su país la situación económica que tenía no era la mejor y las oportunidades pintaban "calvas".

Según Juliana, como todo extranjero que llega a un país extraño, no le fue nada fácil encontrar un trabajo para llevar el sustento a su hogar.

Viendo que pasaba el tiempo y no lograba conseguir un empleo, se puso a vender ensaladitas de mango, así que ubicó su puesto en un lugar estratégico como lo es La Lotería, aprovechando la cantidad de personas que van a comprar billetes.

"Trabajé muy duro para conseguir lo que hoy tengo, el negocio es relativamente nuevo, pero sé que voy a triunfar, pues no le tengo miedo al trabajo", dijo.

Cuenta Juliana que vendió ensaladas de mango por más de 20 años, y que el verdadero secreto está en el ahorro. Fue así como logró su capital para colocar su nuevo negocio.

Hoy se siente orgullosa porque todo su esfuerzo valió la pena, ya que en base al sacrificio sacó a sus tres hijos adelante, y cuenta con un local donde vende batidos de frutas, emparedados y muchas cosas más.

A Juliana la pueden encontrar en la calle principal de San Felipe, en el Casco Antiguo, en su negocio al que llamó VIP, porque dice que es para servir a personas muy importantes. A ella ahora la ayuda su hija.

En un futuro no muy lejano sueña con comprarse un congelador, mientras eso ocurre continuará trabajando para lograr su objetivo.

Agrega que las oportunidades solo se presentan una vez en la vida y hay que saberlas aprovechar, por lo que recomienda a los jóvenes luchar por hacer realidad sus sueños.

CLIENTELA

Los turistas que visitan el Casco Antiguo son sus mejores clientes, por lo que siempre su local está lleno.