Unos niños miran los cadáveres de 41 tiburones confiscados por el departamento forestal de Bengala oriental en Calcuta, India.
Los tiburones eran llevados a lujosos hoteles y restaurantes de la ciudad o a los mercados del sudeste asiático, cuando fueron interceptados en Namkhana. Catorce personas fueron arrestadas por violación de la vida salvaje.
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