Aunque muchos panameños han tomado el tema de las reformas a la Caja de Seguro Social con temor, molestia y desencanto, hay quienes le han encontrado el chiste al asunto. Decía una dama, muy folclórica por cierto, que ya se verá a los 61 años, trabajando como periodista, formando una inmensa fila en la Caja de Seguro Social para que le paguen la parte que le corresponde de su chapa y de sus lentes.
Después de pasar toda la mañana en eso, se iría a reportear sin siquiera sonreír, no vaya a ser que se den cuenta de que aunque no se ha jubilado, ya le faltan todos los dientes, debido al estrés.
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