Lejos de servir para defender Albania de una invasión, el medio millón de búnkers construidos durante el régimen comunista de Enver Hoxha se han convertido en restaurantes que dan refugio gastronómico y en casas para los más necesitados.

Bujar Cufi, electricista durante el comunismo, nunca habría imaginado que un día usaría el búnker no como refugio para protegerse de las bombas de los "imperialistas", sino como un restaurante que sería su principal fuente de beneficios.

Su restaurante, "Bunkeri Blu", es uno de los más concurridos de la playa de Durres y compite con otros dos restaurantes-búnker contiguos que ofrecen a sus clientes platos variedados.