
Dios es su guía y su motor de vida.
Fotos: Jenny Acosta.
Dios es su guía y su motor de vida.
Fotos: Jenny Acosta.
Dios es su guía y su motor de vida.
Fotos: Jenny Acosta.
Mientras adoraba al Señor.
Sus familiares la apoyan en todo.
Su hijo Justin es un milagro viviente.
Dios es su guía y su motor de vida.
Fotos: Jenny Acosta.
Mientras adoraba al Señor.
Sus familiares la apoyan en todo.
Su hijo Justin es un milagro viviente.
Dios es su guía y su motor de vida.
Fotos: Jenny Acosta.
Mientras adoraba al Señor.
Sus familiares la apoyan en todo.
Su hijo Justin es un milagro viviente.
Dios es su guía y su motor de vida.
Fotos: Jenny Acosta.
Mientras adoraba al Señor.
Sus familiares la apoyan en todo.
Su hijo Justin es un milagro viviente.
Dios es su guía y su motor de vida.
Fotos: Jenny Acosta.
Mientras adoraba al Señor.
Sus familiares la apoyan en todo.
Su hijo Justin es un milagro viviente.
Si amigos, la Pequeña Gigante fue llamada por Cristo en el 2010 y dos años después decide entregarle su vida a él. La cantante está tan enamorada de Dios, que el pasado sábado en una cena de gala de la iglesia Pan Verdadero decidió presentarse como Ministra de Jesucristo.
Durante su presentación frente a sus hermanos e invitados, Julieta narró varias de sus vivencias espirituales. Una de ella fue enterarse que su hijo Justin Alberto Smith, de seis años, fue diagnosticado con leucemia. Pero gracias a su fe en la palabra de Dios, su dolor de madre duro poco, pues luego se dieron cuenta que se confundieron los exámenes y el doctor diagnosticara que el niño tenía una alergia. ¡Jesús alabado!
Este no fue su único milagro, ya que también sintió el poder de Dios cuando una de sus primas fue curada de deficiencia renal crónica. ¡Aleluya!
Otra de las cosas que contó la exparticipante de VLM fue la gran tristeza se vivía, la que la hacía llorar mucho y ni la fama ni el dinero lograron llenar ese vacío que había en su corazón.
Su presentación como Ministra
En cuanto a su presentación del sábado como Ministra de Jesucristo dijo que fueron dos semanas de ayuno y oración. “El Señor me preparó por dos años y me dijo que ya era hora y me siento feliz. Desde que llevo a Cristo en mi corazón siento una paz infinita que no la cambio por nada, todo lo veo desde un punto de vista diferente", confesó.
Entre sus proyectos personales está terminar su producción y continuar con sus negocios, primero Dios.
El evento estuvo cargado del Espíritu Santo, la presencia de Dios estaba a flor de piel en la casa de Jehová.