
Le gusta la natación porque todos los días aprende algo nuevo.
Le gusta la natación porque todos los días aprende algo nuevo.
Le gusta la natación porque todos los días aprende algo nuevo.
Es muy disciplinado con su trabajo.
Quiere ser un gran entrenador como su padre.
Enseña técnicas de nado a sus alumnos.
Jonathan es muy paciente con los niños, por eso lo quieren mucho.
Fotos: JESÚS SIMMONS
Le gusta la natación porque todos los días aprende algo nuevo.
Es muy disciplinado con su trabajo.
Quiere ser un gran entrenador como su padre.
Enseña técnicas de nado a sus alumnos.
Jonathan es muy paciente con los niños, por eso lo quieren mucho.
Fotos: JESÚS SIMMONS
Le gusta la natación porque todos los días aprende algo nuevo.
Es muy disciplinado con su trabajo.
Quiere ser un gran entrenador como su padre.
Enseña técnicas de nado a sus alumnos.
Jonathan es muy paciente con los niños, por eso lo quieren mucho.
Fotos: JESÚS SIMMONS
Le gusta la natación porque todos los días aprende algo nuevo.
Es muy disciplinado con su trabajo.
Quiere ser un gran entrenador como su padre.
Enseña técnicas de nado a sus alumnos.
Jonathan es muy paciente con los niños, por eso lo quieren mucho.
Fotos: JESÚS SIMMONS
Le gusta la natación porque todos los días aprende algo nuevo.
Es muy disciplinado con su trabajo.
Quiere ser un gran entrenador como su padre.
Enseña técnicas de nado a sus alumnos.
Jonathan es muy paciente con los niños, por eso lo quieren mucho.
Fotos: JESÚS SIMMONS
Desde los seis, y hasta los 16 años, fue nadador competitivo, siempre entrenado por su famoso padre, quien era conocido en el ámbito nacional como “el hacedor de campeones”.
Su padre lo metió en su club, Los Merlines Negros; estando allí, por su esfuerzo y fuerte entrenamiento, tuvo la oportunidad de representar a Panamá en el extranjero.
Colombia, Honduras, El Salvador, Guatemala, Costa Risca fueron los países donde compitió. Pero lo que más recuerda con mucho cariño fue un Campeonato Centroamericano y México de Natación (CAMEX) realizado en Costa Rica, ya que fue la primera vez que salió de Panamá.
Después de retirarse como nadador, siguió los pasos de su padre y ahora es entrenador de natación en la piscina municipal Ana Victoria Osorio.
Allí, con mucha sapiencia, transmite sus conocimientos a los niños que algún día sueñan con convertirse en grandes nadadores.
En este trabajo ya lleva dos años, pero no lo hace él solo, pues recibe la ayuda de los profesores en educación física Jaime Smith y Tomás Cedeño.
En un futuro no muy lejano sueña con tener un equipo de natación, afiliado a la Federación Panameña de Natación, siempre y cuando cambien a los federados.
Mientras ese sueño se hace realidad, seguirá entrenando a los niños que asisten a practicar natación a la piscina municipal de Betania.