Si quiere eliminar esas indeseables células muertas que hacen ver su rostro opaco y sin vida, le aconsejamos utilizar el polvo de avena, que es un limpiador excelente. Sólo necesita cuatro cucharadas soperas de avena en polvo y otra de leche. Machaque el polvo de avena en un mortero. Caliente la leche, añada el polvo y haga una pasta. Aplique con una brocha suave, ejerciendo pequeños masajes circulares, y aclare con agua tibia.
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