
No es un delito amarte hasta el infinito con pasión y sin compasión. Lo grito a los cuatro vientos y a la vez te digo esto “con buena intención” que te amo y perdona mi atrevimiento.
No es un delito amarte hasta el infinito.
Cuando me besas y me das esos besitos me saben a vino tinto y esos besos me embriagan y hacen que pierda la noción del tiempo, tu cuerpo es mi nación.