El empeño con el que los cristianos más conservadores han empujado temas como la homosexualidad y el aborto al centro del debate electoral en EE.UU., ha puesto a la Iglesia Católica ante el dilema del uso político de la Comunión. Esto a causado que algunos obispos piensen en negarle la Comunión a los políticos que no repudien el aborto o los matrimonios de homosexuales.