Perdieron todo. Eran las 5:30 a.m. de ayer y Maribel Pitty dormía en su apartamento, ubicado en el segundo piso del edificio 813 de Calle G, Santa Ana.

Junto a ella estaba su hija Marjorie, de 8 años, quien se despertaría un poco más tarde para realizar unas tareas de la escuela. De repente, los gritos de "fuego, fuego", la alertaron de que algo estaba sucediendo, por lo que salió del cuarto y se percató del siniestro.

Como pudo, pateó la puerta de su apartamento, tomó a su pequeña en brazos y huyó. El fuego la acechaba.

Uno que no pudo salir y quedó atrapado en el tercer piso fue Nelson Henríquez, quien estaba despierto cuando se inició el siniestro, pero tomó unos cubos de agua para pagar las llamas.

Lo que no sabía era que el fuego estaba fuera de control, por lo que optó por lanzarse, junto a tres damas, desde el último piso para no morir quemados. Las tres sufrieron fracturas, una de ellas está delicada y él tiene raspones por todo el cuerpo.

AFECTADOS

Nueve familias con más de siete y diez años de vivir en este edificio sólo quedaron con la ropa que tenían puesta. Ahora no tienen ni dónde vivir.

Javier Castillo, director de Operaciones del Sistema Nacional de Protección Civil (SINAPROC), manifestó que el fuego debilitó las paredes del inmueble, por lo que tiene que ser demolido.

Moradores molestos pidieron respuestas concretas en cuanto a la solución habitacional, ya que anteriomente cuando una de las paredes del caserón se desplomó y se quedaron esperando la ayuda.

TENDRAN QUE ESPERAR

Por su parte, Danilo Castillo, director de proyectos del Ministerio de Vivienda (MIVI), aseguró de que en seis meses les tendría una solución habitacional. Añadió que por lo pronto serían reubicados en cuartos de alquiler o pensiones.

El Despacho de la Primera Dama entregó enseres de primera necesidad a los afectados.