Omar Marín es un hombre que se dedica a la buhonería, pero su amor por los adultos mayores, lo animó a prepararse para aprender a cuidar ancianos.
Siendo su primera vez, ha aprendido algo nuevo y con qué defenderse, ya que su trabajo no es nada estable. Y es que éste fue el único caballero de las 25 personas, en su mayoría desempleadas, que el pasado fin de semana se graduaron de un curso de 6 meses de asistentes de gerontología.
De acuerdo con Nidia Samaniego, en el curso les enseñaron los cuidados que deben darse a los adultos mayores y la toma de signos vitales. La práctica la hicieron en el Hogar Bolívar, en el hospital San Fernando y en el Hogar San José. Para la mayoría de las personas participantes, era la primera vez que les daban una enseñanza de este tipo.
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