Hay muchos que en la vida se echan al abandono por la falta de oportunidades, para Manuela del Pilar, de 42 años, guiada por la fortaleza de Dios, siempre habrá una luz de esperanza para quienes perseveran en buscar su porvenir con esfuerzo y sacrificio.
La señora madre y padre de dos afortunados niños compartió, amenamente con nosotros, cómo superó los obstáculos por la falta de un empleo, con la ayuda de Dios.
Con una sonrisa, nos contó que la situación está dura, pero hay que ser firmes y constantes. Antes ella se desempeñaba como vendedora de chicha en una carretilla, manipuladora de alimento.
"No me avergüenza decir que vendía chicha con empanada en la calle, pero con las escasas entradas ahorré para asistir a ciertos seminarios de belleza para tratar de alcanzar la estabilidad económica que tanto anhelaba", dijo.
Empieza la faena a las 9 de la mañana, el pequeño negocio permanece todo el día abierto hasta las 7 de la noche.
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