La familia Baloyes reside en Curundú y hace unos 20 años se dedica a la venta informal de frutas y pastillas. Actualmente, tiene un puesto en la esquina de Casa Esperanza donde venden ensalada de mamón, de mangotín, chocolates y pastillas.

Hugo Baloyes explicó que los puestos le han servido para apoyarse económicamente en el hogar, y digo los puestos, porque hay veces que han tenido hasta cuatro. "Vendemos de todo tipo de ensalada, de mango, mangotín, de piña, tamarindo, maracuyá o de la fruta que esté de temporada", destacó, afirmando que la más buscada es el mango.

COMPRADORES ASIDUOS

Los principales clientes son los niños que cuando salen de la escuela pasan a comprar la ensalada que está a módicos precios, pues pueden adquirirlas desde los 10 centésimos hasta los 25 centésimos. "Ese precio es para los que no les alcanza el dinero", explicó Hugo. Pero otras de sus clientes son las mujeres embarazadas que, debido a sus antojos, se dan gusto con las ensaladas.

La venta es todo el día e instalan el puesto que ya tiene siete años de funcionar en el lugar desde las 9: 00 a.m. hasta las 7: 00 p.m.

Las frutas son adquiridas en el Mercado de Abastos o con los vendedores que llegan a la comunidad "para cooperar con ellos", dijo.

¡Corre que viene el agua!

La única manera que baja la venta de las ensaladas de fruta es cuando llueve, pues como está al aire libre tienen que recoger todo e irse para la casa.

"Todos los hermanos nos turnamos dependiendo de quién esté libre", aclaró Hugo.

NADA DE PENA

Muchas personas sufren de pena, pero uno puede sacar cualquier cosa a vender honradamente".

Todo está en lo posible, no hay nada que no se pueda hacer en esta vida, sino que a veces es por sinvergüencería que no quieren buscar algo qué hacer, se escudan con la pena, cuando no debería ser así, porque si usted saca algo a vender y gana un dólar ese es un dólar que no tenía", culminó Hugo.

COOPERADORES

La señora Mireya es la que siempre está en el puesto; sin embargo, todos sus hijos apoyan en la venta.