Si usted tiene niños, tenga siempre en cuenta que el secreto que un hijo confíe al padre o a la madre, debe ser como una piedra tirada al mar. Se esconde en el fondo, nadie la ve, descubre o conoce.
Sea siempre discreto y guarde en lo profundo del corazón los secretos que sus hijos le confían; porque la confianza, una vez perdida, difícilmente se recupera.
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