"Azul Cielo" es el apodo de una creativa joven de 31 años, que dedica su vida a las artesanías y manualidades.
Según cuenta la misma Priscila Cedeño, el nuevo nombre surgió a raíz del de un pequeño local que tenía en Tocumen, donde vendía sus creaciones.
Esta joven graduada en Turismo, no ha podido ejercer su profesión a causa de una serie de problemas de salud que ha afrontado con entereza, entre ellos, un grave accidente que le produjo problemas en la columna. Sin embargo, con un hijo, la necesidad apremia, y como fuera buscó la manera de tener un ingreso económico. Curiosamente lo que ella pensaba, era un "hobbie" se convirtió en su sustento, "a mí me encanta diseñar prendas, desde pequeña soy artesana y mi creatividad me ha ayudado".
Desde la primaria "Azul Cielo" aprendió a hacer pulseras y collares que regalaba, y hasta vendía, a compañeras y maestras. Asegura que aprendió sola, pero se ayudó de los libros que le regalaban tías y de unos que otros trucos que le enseñaban vecinas.
Con mucho dolor, la joven tuvo que dejar el local de Tocumen, pues estaba muy cerca de la autopista y entraba mucho polvo, lo que la mantenía enferma.
Pese a las debilidades de salud, "Azul Cielo" jamás perdió el entusiasmo. Cada pausa que tenía que hacer por mala salud, ella los veía como vacaciones obligadas. "Así es como me dicen, porque casi yo no descanso", afirmó Priscila, quien ahora está ubicada en una parada de Santa Librada, que todos los días limpia, tanto para beneficio de ella, como de sus clientes.
Ya lleva un año allí y mientras su salud y su voluntad lo permita, insistirá en buscar mejores oportunidades para que más personas aprecien su talento.
A LA VENTA
"Azul Cielo" vende sus collares y pulseras desde primaria, pero jamás pensó que viviría de ello.
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