Un argentino, de 52 años, que devolvió un teléfono móvil que había encontrado en la calle al dueño de una agencia de apuestas, fue premiado por su honestidad con una jugada en la lotería, cuyo número resultó ganador.
El afortunado, identificado sólo como Edgardo, ganó 2.500 dólares en la lotería.
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