[
Imprimir]


Un pueblo llora a sus pescadores
Ayer, los moradores de Playa Leona recibieron los féretros de los hermanos Pérez. (Foto: : ALEJANDRO MÉNDEZ, JOSÉ SÁENZ / EPASA)

Milagros Murillo F. | DIAaDIA

Aunque están muertos, el amor hacia ellos sigue vivo. Nublado como el cielo estaban los corazones de los residentes de la comunidad de Playa Leona en La Chorrera, que desde muy temprano se agruparon frente a la humilde vivienda donde residían los hermanos Rigoberto y Dagoberto Pérez, de 18 y 16 años, respectivamente.

Y es que nadie se quería quedar en casa. Todos deseaban recibir los féretros de los jóvenes que fallecieron la noche del martes 19, en un confuso incidente con unidades de la Policía Nacional, que les causaron la muerte y que, además, hirieron a tres de sus primos cuando regresaban de pescar por el área de Panamá Viejo.

Rigoberto Pérez, su padre, recuerda con pesar el último momento que pasó con sus hijos. Ellos se habían ido al área de "Piña Hueca", cerca de La Maestra, en Darién, desde el domingo (17 de mayo), y supuestamente, regresarían el miércoles, pero como les había ido bien decidieron regresar a casa antes de lo previsto.

"Ese fue el mejor viaje que ellos iban a hacer", expresó el afligido padre, pues los cinco jóvenes habían logrado pescar casi mil libras de camarones. El señor "Ñoño", como le llaman, destacó que él quería que ellos se hubieran quedado, pero no fue así. "Si se van, cuídense, fueron las últimas palabras que yo les dije", recordó.

"DESPIERTA, HIJO MIO"

A la 1:10 p.m., casi con la marea, llegaron los cuerpos de los hermanos. Personas de todo el pueblo, incluso del área de Puerto Caimito, se acercaron para recibirlos.

Playa Leona lloró al unísono, no había palabras para consolar al pueblo de pescadores que entre lamentos le pedía a Dios que haga justicia por esta tragedia.

De repente, un silencio se apoderó del lugar y una fresca brisa se sintió, como si los jóvenes trataran de calmar el llanto. En especial de su madre Evidelia, quien abrazaba a sus dos hijos más pequeños Aris, de 14 años y Alexis de 7, quienes ahora quedarán solos con ella.

SE DESPIDIERON DEL MAR

A las 3:00 p.m. ya estaban listas las más de 50 pangas que acompañarían a Rigoberto y Dagoberto en su último recorrido por la playa que los vio nacer y crecer, esa de la que extraían los recursos marinos para mantener a su familia, esas mismas aguas a las que nunca volverán porque unos policías les quitaron la vida.

Los cuerpos de los hermanos Pérez pasaron la noche frente a su casa, acompañados de sus seres queridos, que estuvieron en vela toda la noche para hoy, a eso de las 10: 00 a.m., darle cristiana sepultura en el cementerio de la comunidad.





Ciudad de Panamá 
Copyright © 1995-2008 DIAaDIA-EPASA. Todos los Derechos Reservados