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Es hora de cambiar el discurso
Julio Dely Valdés asume su segundo torneo como técnico de la selección mayor. (Foto: Agustín Herrera /EPASA)

Gabriela Herrera | DIAaDIA

Cada vez que Julio Dely Valdés, técnico de la Selección de Fútbol de Panamá, habla con la prensa deportiva, envía un mensaje a todas luces escalofriante.

El técnico, quizás quiera quitarle presión a sus jugadores diciendo que Panamá no tiene obligación de ganar, primero, la Copa de Naciones Uncaf que se jugó en el Rommel Fernández, ni tampoco tiene porqué intentar ganar la Copa Oro.

Da la sensación de que Julio quiere divorciarse del pasado, de esa Copa Oro de 2005 cuando Panamá disputó la final y la perdió en los penales contra Estados Unidos. Quizás el técnico entienda que esa final fue un arma de doble filo que terminó perjudicando a la Roja en su lucha por clasificar al Mundial durante la hexagonal.

Solo así se podría entender el discurso de Julio, no obstante, no podemos pensar solo en ir a competir a la Copa Oro ni mucho menos decir que todos los jugadores deben sentirse titulares. No podemos llegar como corderos al matadero, porque si es así nos equivocamos, y nada tenemos que hacer allá. El país no se lo merece porque Estados Unidos, México, Costa Rica y Honduras irán con lo mejor, porque la recompensa es la Copa Confederaciones en Brasil, donde estarán nada más y nada menos que el campeón del Mundo, España; los campeones de América, de Asia, África y de Europa ¿Acaso la Confederaciones es poco premio?

Decir que todos los jugadores son titulares y que todos son capitanes evita que dentro de la concentración se dé una sana lucha por estar en el once.

¿Para qué entrenar, si total el técnico cuenta conmigo?, podría pensar cualquier jugador, y eso es peligroso. Hay que evitar el amiguismo y fomentar la competencia.

El técnico tiene que ser el primero en marcar los objetivos y ese no puede ser otro que salir a ganar. Se imagina usted que me lee que Sergio Batista, técnico de la Albiceleste, diga a la prensa que no quiere ganar la Copa América que se hará en Argentina, que la Copa es un entrenamiento y que servirá para jugar tres o cuatro partidos amistosos de lujo con otras selecciones de altísimo nivel. Que a él le importa más el funcionamiento y que renuncia a los resultados. Que "Checho" diga que su misión es ganar el Mundial en Brasil, obviando que juega en casa.

Se imagina usted que Mano Menezes, técnico de Brasil, le diga a la prensa que él no piensa en ir a ganarle a Argentina en su propia casa, ante su propia gente con todo y su Messi. ¿Se lo imagina? Porque yo lo imagino sin trabajo después de decir semejante atrocidad.

Las grandes recompensas están marcadas por los grandes desafíos. Es hora de que Panamá demuestre en el campo y en cualquier competición que quiere ganar, que es ambicioso, que quiere hacerse un nombre en este voraz mundo futbolístico.

No podemos pensar en ir a Brasil 2014 sin siquiera haber intentado ganar a los de nuestra área, porque ganar da prestigio.

No intentar ganar y el solo pensarlo o decirlo es una vergüenza... una invitación a la mediocridad... ya es hora de cambiar el discurso.





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