El distrito de Olá, en la provincia de Coclé, se ganó con creces el derecho a aparecer en el mapa turístico de Panamá.

Y es que, según la Organización Mundial de Turismo y la Autoridad de Turismo de Panamá, este lugar agreste, pero al mismo tiempo exuberante y variopinto, califica dentro de la categoría de turismo mundial de aventura.

No es de extrañar, pues su emblemático cerro Picacho, con sus elevados picos tan marcados como si hubiesen sido esculpidos por la mano del hombre, es un sitio perfecto para escalar o hacer rapel.

De igual manera, el lugar conocido como El Peñón es ideal para practicar lo que se conoce como ícaro, que no es más que lanzarse desde la cima con una especie de aeroplano maniobrado por quien se lanza.

Según el licenciado Melvin Aguilar, del capítulo de la Cámara de Turismo de Olá, el distrito sería el primer lugar en el país donde se practique este tipo de turismo de aventura.

Pero al hablar de Olá, es de rigor hacer referencia a El Chorro de las Tres Caídas, una elevación de donde caen cascadas que, incluso, se ven desde la vía Interamericana, a más de 15 kilómetros de distancia.

Sus aguas claras en medio de la vegetación, y el ruido que hacen al caer, transportan al visitante a un verdadero paraíso en la tierra. Es un remanso de paz enquistado entre las rocas.

Lastimosamente, hay que caminar por un camino empedrado y empinado durante más de un kilómetro, desde donde se deja el auto. Aguilar asegura que están en conversaciones con las autoridades para lograr que la carretera llegue hasta el chorro.

Y si el visitante desea desviarse hacia San Roquito, puede llegar hasta el colegio agropecuario Omar Torrijos, donde el clima es muy fresco y puede deleitarse en el balneario del río San Roquito, que tiene una cascada y un embalse tan bien hecho que parece una piscina natural.

Pero si al turista le apetece degustar un "banana split-, una comida casera o un batido de frutas naturales, sólo tiene que darse una vuelta por el café-restaurante Luz de Luz, propiedad de Aguilar. Es un lugar al mejor estilo de los cafés parisinos, con sus paraguas y mesas al aire libre.

El poblado tiene muy buenas calles y se puede llegar hasta las fincas donde se cultivan las guayabas taiwanesas.

Eso y más es Olá, un destino turístico poco conocido, pero que tiene mucho que ofrecer. Visítelo y lo disfrutará.