Regalo de la mano de Dios
Joel, poco a poco, ha ido notando su mejorí­a, y esto para su madre es una alegrí­a. (Foto: Jesús Simmons y Miguel Cavalli / EPASA)

Kathyria Caicedo | DIAaDIA

"Mami, puedo mover la cabeza", dijo Joel al decidirse a girar su cabeza, después de cuatro dí­as de haber sido sometido a una operación de la columna vertebral. Este niño, de seis años, estuvo esperando por cuatro años una operación, puesto que su caso era muy complejo, así­ que se tení­a pensado trasladarlo al extranjero. Por esas casualidades de la vida, la cirugí­a de Joel Rivera se convirtió en la primera operación de este tipo realizada en el Centro de Especialidades Pediátricas de la Caja de Seguro Social.

LA INCERTIDUMBRE

A nuestra llegada a su habitación, Joel veí­a la televisión, mientras tanto, su madre terminaba de darle de comer. "Na' má pesca'o", decí­a el pequeño.

"Él tení­a 1 año y 6 meses cuando en el Hospital del Niño le descubrieron el virus", dijo Elga Guerra, madre del niño, cuando iniciaba el relato de sus últimos cuatro años. La historia se inició en Chiriquí­, pues viven en El Progreso; luego el escenario se trasladó al Hospital del Niño. Por más exámenes que le hací­an, no se lograba determinar cuál era la enfermedad que habí­a ocasionado que Joel dejara de caminar, hasta que se descubrió que una tuberculosis ósea era la causante de todo.

UNA OPERACION CON RIESGO

"Si tú fallas en la cirugí­a, le puedes provocar lo mismo que la enfermedad y dejarlo parapléjico", indicó el neurocirujano panameño, Walter Kravcio, quien operó a Joel, dejando claro que los riesgos eran muchos.

Para comprender un poco la lesión y la complejidad del caso de Joel, conversamos con el Dr. Kravcio, para que nos ampliara el panorama. Explicó que a este pequeño, la tuberculosis ósea lo atacó a nivel de la unión del cuello con el tórax, provocándole una deformación que le mantení­a presionada la médula espinal. En vez de estar recta, estaba virada, o mejor dicho inclinada hacia atrás.

PURA CASUALIDAD

Kravcio tiene más o menos seis meses de haber llegado de Puerto Rico, donde se especializó en este tipo de operaciones. Conoció del caso a través del Dr. Molino, y la cirugí­a no se hizo esperar; hasta galenos puertorriqueños ayudaron en la intervención.

La cirugí­a en sí­ duró seis horas, más el recobro y demás, fueron ocho horas en total, en las que Elga permaneció esperando con fe un resultado satisfactorio.

Actualmente, Joel se está recuperando satisfactoriamente; ya ha podido sentarse y mueve sus piernas con facilidad. Dentro de poco, iniciará la terapia, para que recobre toda la movilidad. ¡Enhorabuena!

MAS CIRUGI­AS

Tras la operación de Joel, ya 10 niños tienen su cirugí­a planeada. Serán realizadas por Kravcio.

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