En el país hay todo tipo de incomodidades que no nos deja vivir tranquilos y nos amargan el día desde muy temprano. Este es el caso de nuestro especial, único y confortable servicio "selectivo" de transporte, que de selectivo creo que sólo tienen la palabra, porque no le hacen justicia a los pasajeros.

Como todas las mañanas salí de la casa para tomar un taxi y llegar a mi trabajo. Aparte de ser la hora en la que tomo el transporte, sin querer, se ha convertido en el tiempo en el que hago "abdominales", por la cantidad de veces que tengo que agacharme a preguntar: "¿Tumba Muerto?" La mayoría de las veces la respuesta es no.

Es un ejercicio de cuerpo y cara a la vez, por todas las muecas producidas por la rabia al ver los autos vacíos, pero como no voy de allí a la siguiente cuadra no le da la gana de llevarme.

Para mí es como un pelea diaria, porque no solo es que no te llevan, por lo menos hay algunos que te dicen que no pueden, otros ni siquiera te miran y es el humo del mofle el que te responde.

Un día "me cansé" y luego de que casi 15 taxis se negaran a llevarme, le pregunté al conductor "para dónde va usted?" Aquel señor me miró con una cara de susto y me dice: "adonde usted vaya". ¡Bingo!

Desde ese día he aplicado ese método y me ha resultado. Lastimosamente en Panamá, más que vivir, hay sobrevivir.