Don Andrés disfruta de la siembra. (Foto: ARNOLDO ZEBALLOS /EPASA)
Milagros Murillo F.
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El año pasado el señor Andrés Trujillo decidió darle uso al terreno que tiene detrás de su casa, ubicada en San Isidro, y ahora, este se convirtió en una hortaliza donde se cosecha de todo un poco.
"La Granjita de Betzaida" fue como este señor le puso a su huerto. Esto en memoria de los tiempos de Jesucristo, quien junto a sus discípulos (uno llamado Andrés) visitaba un pueblo cerca a Jerusalem llamado Betzaida.
Papayas, zapallos, mangos, espinacas, yucas, cilantros, cañas, pipas, jengibres y muchas otras frutas, verduras y legumbres hay en el huerto, que según explicó don Andrés, la idea la inició al ver lo caro que estaban los productos.
Él siempre asistía a un local comercial a comprarle alimento a sus perros, fue allí donde prácticamente lo convencieron para que se animara a empezar a sembrar. Ellos le enseñaron algunas técnicas de siembras, donde él ha hecho hasta puentes aéreos para que crezca el zapallo. De esa manera aprovecha el espacio arriba y abajo, además de que no interfiere al limpiar la hierba.
La señora Elsa es su esposa, quien orgullosa explicó que la cosecha contribuye a la economía de la casa, pero el señor Trujillo aclaró que nada es para la venta, pues aparte de la familia, les ofrece los productos a sus amistades, quienes se van muy satisfechas.
Es mucha dedicación y trabajo el que se debe invertir en la hortaliza, pero los resultados valen la pena, aseguró don Trujillo, cuyos vecinos ya se están animando a imitar la granja.
TREMENDO ñAME
Un ñame de 20 libras fue cosechado en la granja del señor Andrés.