Hola Moza, te escribo porque tengo algo que contarte y quiero desahogarme.
Lo que sucede es que hay una chica en mi trabajo que se pasa la vida hablando de todo el mundo y, por supuesto, que de mí también.
Moza, hace unos días descubrí que se la ha pasado diciendo que yo le robé una plata que ella tenía en su puesto, y créeme, yo jamás me he robado nada.
De mis amigas, ha dicho que son fáciles, que son feas, que andan con el jefe, que se visten mal y otro poco de cosas. A mí no me importa lo que digan de las demás, sino lo que diga de mí y yo no le voy a permitir otro comentario más. Estoy casi segura de que si me vuelve a decir algo, le pegaré delante de quien sea, aunque me boten.
Mi padre me ha aconsejado que deje las cosas así y cuide mi trabajo, pero estoy enojada, nadie me ha llamado ladrona nunca. Dame un consejo. Chao, Mileika.
DEJALA, DA LASTIMA
Hola Mileika, me alegra contestarte, porque me parece que estás muy exaltada y esa mujer no vale la pena. Yo te aconsejo que dejes las cosas así, pues no hay peor castigo para una persona que ignorarla.
Otra cosa, si todos saben cómo es ella, para qué pegarle, eso sería como premiarla; por eso creo que es mejor que busques otro trabajo y la dejes a ella con sus problemas, pues con su actitud te aseguro que siempre estará sola y sin surgir.
A la gente como ella se le mantiene a distancia, y si no hace caso, sácale una boleta y haz que pase su pena; mira que con violencia no ganas nada, sólo mala reputación. Sobre tus otras amigas, qué te puedo decir, deja que ellas resuelvan sus problemas solas, ya que están bien grandecitas.
Ya sabes, no te pongas a pelear y hazle caso a tu madre, que ella siempre sabe lo que dice. No permitas que pase una desgracia, estás muy enojada; por ello, trata de controlarte. ¡Suerte!
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