Hay una clientela asidua a su sazón. (Foto: DELFIA CORTEZ /EPASA)
Delfia Cortez
| Colón, DIAaDIA
Muchas veces las adversidades en la vida, hacen al ser humano más fuerte. Esto es lo que ha sucedido con Gilberto Flores, conocido como "Picolino", quien desde muy niño comenzó su lucha por alcanzar sus objetivos.
Hoy se desempeña con afán en su modesto negocio dedicado a la venta de pollo y sodas dentro de la Zona Libre de Colón, en el que emplea a tres personas.
DIFICIL
Pero llegar a tener un negocio no fue nada fácil. Solo el norte de ayudar a su madre y a cuatro hermanas para mejorar su calidad de vida, lo llevó desde muy niño a salir a la calle para apoyar en el hogar, luego de que su padre abandonara a su progenitora.
INICIOS
Picolino, de 42 años de edad, nos cuenta en tono orgulloso y humilde, que sus actividades comerciales empezaron a los 12 años de edad, cuando vendía galletas en las diferentes avenidas del área comercial, y el dinero que se ganaba se lo entregaba a su madre, para ayudarla en los gastos del hogar.
NO SE OLVIDA DE SU GENTE POBRE
Para Picolino, cuando escucha o lee noticias de que hay un fuego, fuertes inundaciones, o cualquier tipo de desastre natural, él siempre piensa en la gente pobre de Colón y en lo que él tuvo que pasar junto a su familia.
De inmediato empieza a llevar todo tipo de ayuda hacia el lugar del desastre, para colaborar en todo lo que está a su alcance.
QUERIDO
Su sencillez y gran atención lo han llevado a ser muy apreciado por sus clientes.