El español Fernando Alonso añadió una nueva joya a su corona, al imponerse ayer en el Gran Premio de Mónaco, el más prestigioso del Campeonato del Mundo de Fórmula Uno, que dominó de principio a fin.
Partido desde el primer puesto de la formación de salida, después de que en la noche del sábado los comisarios deportivos relegaran al alemán Michael Schumacher al último puesto de la formación de salida, por detener su coche en medio de la pista.
En un estado donde el juego es una de las principales fuentes de ingreso, Fernando Alonso tuvo, además, suerte con la retirada de sus principales rivales, el finlandés Kimi Raikkonen y el australiano Mark Webber.
Webber se situaba segundo al darse la salida, pero al iniciarse la segunda vuelta, en la subida de la avenida Ostende que lleva al Casino, Raikkonen protagonizaba un espectacular adelantamiento sobre el australiano y se iba a convertir en la sombra de Alonso.
SOLITARIO
En tan sólo dos vueltas, Alonso veía despejado su camino hacia la victoria, ya que tras él, Montoya, al liberarse la carrera, quedó descolgado a 15 segundos.
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