Robo de metales, un problema nacional
Desmantelan todo lo que encuentran a su paso. (Foto: M. Cavalli/J. Simmons /Cortesía /A. Santamaría / EPASA)

Evidelia Velásquez | DIAaDIA

Cable visto, cable desaparecido. Los metales como el hierro, cobre, bronce y aluminio, se han convertido en artículos de primera necesidad en países industrializados, como China y Japón.

La construcción de edificios y la fabricación de autos requieren una gran cantidad de estos metales, por lo que han escaseado, lo que los obliga a comprarlos fuera.

Esta demanda de metales por parte de los países industrializados, ha provocado que los países más pobres, donde existe una gran cantidad de chatarras y excedentes de hierro viejo, sean los principales surtidores.

Pero el problema va más allá, ya que al darse la apertura para la venta de metales hacia otros países, ya las chatarras se han acabado y los surtidores le echan mano a cualquier pedazo de hierro o cable eléctrico, sin importar si causan algún daño o no, con tal de obtener algunos reales para la casa o el vicio. En Panamá, se ha dado mucho este fenómeno; se nota la carencia de tapas de alcantarillas y los robos de cables eléctricos.

COMO OBTIENEN EL METAL

Casi siempre, se refugian en la noche para obtener el metal que desean vender. Primero lo visualizan y luego planean las estrategias para llevárselo. Cada noche, en algún sitio de la ciudad, desaparece una tapa de alcantarilla o alguna casa o edificio ha perdido una puerta o ventana.

En los edificios, lo más buscado es el marco de aluminio de las puertas y el sector más vulnerable de la ciudad es Calidonia, por la proliferación de esta clase de negocios, aseguraron directivos de la Asociación de Dueños de Inmuebles de Panamá.

COMPRA Y VENTA

Siempre se ha pensado que los indigentes son los que se roban estos metales, a fin de obtener dinero para las sustancias ilícitas que consumen. Al consultar a un trabajador en uno de estos negocios, que prefirió la reserva de su nombre, respondió: "Aquí llega gente de toda clase, piedreros, drogadictos y gente sin vicio, en carros llenos de hierro, cables, acero para venderlos. Se les compra porque los negocios son de compra y venta, pero ya no compramos alcantarillas, pues sabemos que es una multa segura". Agregó que ellos compran cuanto les lleven sin preguntar, bajo el riesgo de que si hay una inspección, pueden perder el dinero y la mercancía.

Los precios son diferentes. Por ejemplo, el cobre se paga a B/. 2.00 la libra; el hierro, bronce y aluminio, a B/. 0.50 la libra. En un día normal en este negocio, se compra alrededor de una tonelada de metal. Los trabajadores ganan salarios mínimos y muchos dependen de ese trabajo.

GENERACION DE EMPLEO

Este trabajo consiste en almacenar el aluminio, pelar los cables y empacar para venderlo por toneladas a las compañías compradoras.

Este oficio ha sido de bendición para muchas personas, que a falta de un empleo, realizan este trabajo, aunque un poco duro, pero tan honrado como cualquier otro.

Familias enteras dependen de estos negocios para tener el sustento diario. "La verdad que no todo es malo en este lugar; por ejemplo, yo tengo tres hijos pequeños y no tengo la facilidad de conseguir trabajo. Aquí encontré el sustento de mi hogar", fueron las palabras de otro trabajador.

CONSECUENCIAS

Hace varios meses, en el sector de Santa Cruz ocurrió un incendio, que destruyó una de las viviendas y dejó a más de 60 familias sin hogar. Este incendio fue provocado, según los moradores, por piedreros que quemaron cables para sacarlos cerca del viejo caserón.

"El perjuicio que está ocasionando la no regulación de estos negocios, es que está llevando a los recolectores de metales a cometer delitos que pueden crear un problema nacional, como es el caso del robo de cables en las torres de transmisión eléctrica de ETESA", dijo el Ingeniero Luis Carlos Sandoval.

El sistema de interconexión de ETESA viene desde Chiriquí hasta Bayano, y si es cortado o destruido en alguna de sus torres, puede provocar hasta un apagón nacional, dependiendo de dónde se haga el corte, lo que ocasionaría pérdidas millonarias en todo el país.

Según Sandoval, el problema ha llegado a tal magnitud, que los recolectores de metales se han robado los cables de tierra de las torres cerca del puente Centenario, en las riberas del Canal de Panamá. Esto puede ocasionar un daño grave; en el caso de las torres del Canal, dejaría sin corriente la vía Interoceánica.

EN LAS ESCUELAS

Los centros educativos también son vulnerables ante el robo de metales. En este caso, se destruyen las sillas para llevarse el hierro que conforma su armazón, las ventanas, puertas, el aluminio, vasos y cuanto metal haya en estos centros es hurtado.

"Esto provoca que los centros educativos no tengan, a veces, los insumos necesarios ni la seguridad para que se puedan equipar bien. Es un problema grave, ya que no se llevan solamente eso, sino todo lo que encuentran a su paso. Lo vergonzoso del caso es que casi siempre son las personas que viven alrededor de las escuelas las que las desvalijan", dijo el Ministro de Educación, Miguel Ángel Cañizales.

¿QUE HACEN LAS AUTORIDADES?

"A causa del robo sufrido en las torres del Canal, en estos momentos hay una iniciativa de parte del Ministerio de Comercio e Industrias, junto a Elektra, Unión Fenosa, ETESA, ACP y otras empresas que son afectadas por este flagelo. Se está tratando de crear una ley para que este delito se penalice y se castigue bien duro, porque si se encuentra a alguien con un pedazo de cable, es un caso de corregiduría, no hay mayor castigo y siguen haciéndolo", dijo Jorge Garrido, de ETESA.

EL BOOM

Según el Ing. José Carías, jefe del Departamento de Aguas Servidas del IDAAN, hace unos años este problema era incontrolable; la institución perdía, anualmente, miles de dólares por el robo constante de las tapas del alcantarillado.

Sin embargo, cuando se empezó a hacer inspecciones en estos negocios, a poner multas y a decomisar todo, el problema disminuyó.

La institución ha optado por poner planchas de acero, las que no son muy fáciles de quitar.

Cada tapa de alcantarilla le cuesta al IDAAN B/.100.00, por lo que es muy costoso sustituirla.

TORRES DEL CANAL

En menos de dos meses, los cables de tierra y las platinas de acero de las torres 469 y la 29, al lado este del Canal, y las torres 30 y 466, al lado oeste, cerca del puente Centenario, han sido robados 5 veces por los recolectores de metales, dejando las torres sin ninguna protección. Esta situación es muy peligrosa para el Canal y para las personas que por allí transitan.

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