La euforia del campeonato de ANAPROF pasó y es hora de que los directivos de la liga pongan en la balanza lo que dejó el torneo.

Que analicen aquellas cosas que hay que mejorar, que no son pocas, de manera tal que el fútbol y la liga empiecen a carburar de una vez por todas.

Pero, para iniciar un análisis del torneo, habría que ir de atrás hacia adelante, sobre el desarrollo de la final que jugaron San Francisco y el Tauro, y que se adjudicó este último.

PREMIOS

La repartición de los premios en metal, siete mil para el ganador y tres mil para el segundo lugar, fue fundamental para el ánimo de cada jugador.

FANATICOS

La convocatoria de los equipos en la final fue buena, no sólo de parte de "los Monjes", que no es de extrañar que sus seguidores acudan en masa. La sorpresa agradable la protagonizaron los taurinos, quienes están entre los hinchas más tímidos de la ANAPROF.

Cosa curiosa, que los fanáticos panameños acuden al estadio cuando se llega la definición.

Pero lamentablemente, en la liga criolla las cosas no son color de rosa ni mucho menos, pues tiene más de un defecto, entre ellos, la velocidad vertiginosa en la que se jugó el torneo, que podría tener consecuencia en los jugadores (baja de forma, desgastes, sobrecarga musculares, entre otras lesiones), sobre todo, aquellos que fueron llamados por el técnico Alexandre Guimaraes para jugar la Copa Oro, como es el caso de Joel Solanilla.

HORARIOS Y PROGRAMACION

El horario de los partidos y su programación no fue organizada, ya que hasta el mismo día del partido, no se tenía certeza de que se iba a jugar. Además de las horas poco apropiadas para jugar.

En esto vale la pena mencionar que la ANAPROF no respetó el calendario, pues antes de iniciar el torneo, los dirigentes se habían comprometido a respetarlo.

Si queremos que el fútbol panameño avance, se requiere coordinación de los clubes y de la dirigencia.