"No abandonen a sus padres, aunque estén viejitos y enfermos", éstas fueron las palabras de Berta Marín, de 60 años, quien atiende a su madre anciana, Margarita Marín, de 96 años.
Ellas viven en la comunidad de Río Potrero, corregimiento de Cerro Silvestre, distrito de Arraiján.
Berta Marín explicó que laboraba como trabajadora manual y tuvo que renunciar para encargarse de su madre. Actualmente, no tiene una entrada económica y se dedica a vender tamales, bollos, rifas y también depende de la buena voluntad de sus vecinos.
Cuenta que a su madre le dio una embolia hace ya cuatro años, luego le dio un derrame y padece de diabetes, por lo que su alimentación es especial.
Ella se alimenta mediante un tubo gástrico, por donde se le suministra una leche, cuyo costo por lata es de B/10.00, y debe comer cinco veces al día.
"Prefiero comer tierra y pedir a la gente, pero no voy a abandonar a mi madre, porque ella es mi responsabilidad, pues así lo quiso Dios", manifestó Marín.
Berta, en medio de su penuria, le hizo un llamado a todos esos hijos que abandonan a sus padres o, sencillamente, buscan la manera fácil para librarse de sus responsabilidades.
"Nuestros padres nos atienden desde que nacemos, por qué tener que dejarlos cuando más nos necesitan; ellos son como niños y hay que hacer lo mismo que hicieron por nosotros cuando éramos unos bebés", recalcó Marín.
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