¡Sr. Julio!

Sergio Cortés España, | Especial para, DIAaDIA

Julio, ese señor, ni una mala palabra, ni un mal gesto, ni una crítica... En estos tiempos de endiosamiento de los protagonistas, el fútbol pierde a uno de los paradigmas del señorío. Desde el primer al último día en Málaga, Julio dio ejemplo en todos los aspectos: en el profesional, el personal y el humano. Desde que se ofreció a dar sus impresiones, nada más incorporarse a la pretemporada cuando apenas había descansado por el trasiego de aviones- hasta su tenaz esfuerzo- en la última carrera en el partido de su adiós. Sus compañeros le regalaron un barco de plata en el almuerzo de despedida de la temporada en 2003. El resto recibió artículos de broma. El equipo en pleno ovacionó a Julio. Antes había dado hasta la última gota de sudor.

Pese a su edad y a su posición, porque no es lo mismo jugar con 36 años como central que ser el delantero centro y recibir el encargo de presionar constantemente. Lo dijo su último preparador físico, José Luis Gilabert: "La mayor satisfacción de mi trayectoria fue ver en cada partido a Dely rendir hasta el último minuto; siempre su actitud fue insuperable". Julio dejó en Málaga la estela de una profesionalidad intachable, y protagonizó momentos culminantes, como la noche más importante en la historia del club, aquel inolvidable triunfo en la UEFA frente al Leeds.

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