Aún les falta mejorar.
Inglaterra se impuso ayer por 3-1 a la selección húngara, en el amistoso disputado en el estadio de Old Trafford, en el que el combinado de Sven Goran Eriksson se esmeró en pulir detalles de cara al Mundial.
Tras un primer tiempo pobre, en el que faltó ritmo y se vieron carencias de los "pross", Eriksson supo cambiar e Inglaterra logró un cómodo triunfo.
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