Una de las costumbres más bellas que tenían las familias en antaño era reunirse en los patios de los edificios, de las casa, en las plazas y en los campos a contarles cuentos a los jóvenes del vecindario. Por medio de estos cuentos, se transmitían historias como las hazañas de la Guerra de los Mil Días y de otros valientes de nuestro terruño. Hoy los niños están ávidos de conocer estos cuentos, es necesario incentivar estos talleres.
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