El taxista de esta semana fue más allá de las confesiones de las que semanalmente se habla en este espacio.

"Mire, este taxi no descansa, pues yo lo cojo desde el amanecer hasta parte de la tarde. De allí entonces, viene un muchacho que lo maneja toda la noche.

Pero hay algo que me preocupa en esto, ya que yo le estoy dando el carro a un muchacho, porque sé que tiene un montón de niños y la situación está difícil en el país. Eso uno lo entiende.

Lo que pasa es que van varias veces que en la mañana cuando voy a revisar el carro, encuentro condones y papel periódico en el maletero o debajo de los asientos del taxi.

¡No qué va!, eso es una porquería, una falta de respeto.

Yo me he molestado y he dicho que no se lo voy a perdonar, pues no sé qué está haciendo este muchacho con mi automóvil.

Otra cosa que me preocupa es que dicen que si una persona tiene sexo en el carro se le daña y de allí vienen los problemas.

Este auto es mi sustento y a mí me gusta el aseo, pero ese tipo, en vez de preocuparse por salir adelante, lo que yo entiendo es que anda con ganas de más problemas. Es que hay gente cabeza hueca en este mundo. Tan como con el sexo en la cabeza y no piensa las consecuencias.

Usted, ¿qué piensa de esto?"

En el vehículo quedó un silencio sepulcral y hasta el radio perdió la señal...