Un ladrón brasileño, con algunos kilos de más, protagonizó en la ciudad de Porto Alegre una escena digna de cualquier comedia cinematográfica: intentó entrar a una casa por una chimenea, acabó atrapado y fue capturado por la policía. El ladrón tuvo que ser rescatado por los bomberos, que se vieron obligados a romper parte de la chimenea.