Lo poco que gana el jefe de familia no les alcanza para sus necesidades básicas. (Foto: Elena Valdez / EPASA)
Elena Valdez
| Coclé, DIAaDIA
En condiciones infrahumanas, sin educación y casi como unos animalitos vive la familia Navarro González, quienes hace un año salieron de su comunidad en Churubé hasta el sector de La Pista de Laso de Natá a orillas de la vía Interamericana en busca de mejores días.
Virginia González, madre de siete hijos, indicó que no sabe leer ni escribir, al igual que cuatro de sus siete hijos; sin embargo, ella y su esposo han tratado de que los otros tres estudien, pero difícilmente van a la escuela, porque hay que pagar pasaje y no tienen dinero.
Su casa es de zinc y se mojan cuando llueve; además duermen en el suelo, porque no tienen camas ni colchones.
Para buscar agua y lavar la ropa deben caminar dos horas hasta llegar a una charca, donde beben las vacas y otros animales.
María de 19 años es la hija mayor y tiene problemas mentales, su madre explicó que se comporta de manera extraña y habla poco.
Su otra hermana Francisca, de 18 años, fue a la escuela hasta sexto grado, pero solo sabe escribir su nombre y también habla poco.
Gladys tiene seis años y nunca ha ido a la escuela, al igual que su hermanito de seis, porque su madre asegura que está esperando que los otros tres hijos que tienen en la escuela primaria de Churubé salgan de sexto grado para meter a los que faltan y que aprendan por lo menos a escribir y leer algo.
Esta familia ni siquiera cuenta con ropa, pailas, ollas, camas, sillas, alimentos y la calidad de vida que llevan es deprimente.
NECESIDADES
No tienen agua potable para cocinar y ni para bañarse. A duras penas comen ñame y yuca sancochada.