Sus clientes quedan con ganas de probar más de sus deliciosos batidos.

Jania Cáceres, de 24 años, es una chica soñadora que tiene un toque especial al momento de preparar sus tan vendidos batidos de papaya, melón, borojó y zanahoria.

En su puesto, "Cumplimiento", además de batidos, venden galletas, pastillas y chicles.

Reconoció que aprendió a hacer los batidos desde niña, cuando veía a su madre preparando este rico refrigerio.

MAS INDEPENDENCIA

Ella y su madre esperan, en un futuro, tener más puestos de este tipo en el ámbito nacional. Anteriormente laboraba junto a su tía en otro puesto, pero después decidieron independizarse.

A pesar de ayudar a su madre, esta chica se está preparando para ser una profesional. Dijo que sueña con ser una gran periodista que brinde información veraz al público. Actualmente, cursa el último año de esta carrera.

COMPARTEN TRABAJO

Madre e hija viajan todos los días desde Arraiján hasta su puesto ubicado en La Gran Estación de San Miguelito. La madre va en la mañana, mientras que la hija atiende en la tarde. La hora de cierre dependerá del movimiento en el lugar.

CUIDAN LA SALUD

Asegura que es importante que las personas se alimenten bien, que dejen la comida chatarra a un lado y aprendan a comer alimentos saludables. Por esta razón vende batidos naturales que refrescan a la gente y no contienen calorías.

Jania manifestó que muchos residentes del sector le han agradecido la venta de batidos; reconocen que era necesario un puesto de este tipo en las calles del país.

ECONOMICOS

El batido más chico está a 75 centavos; el más grande, a $2.50