A pesar de que desde chica siempre me ha gustado el boxeo, nunca había ido a una cartilla. Hace poco acepté una invitación.
El ambiente es totalmente distinto para mí. La verdad es que al principio me sentía como fuera de lugar, y eso que estaban mis compañeros de la sección de Deportes.
Qué distinto es ver una pelea desde la comodidad de la casa o en algún lugar de diversión. Allí, "en directo", se siente la tensión de quién ganará y hasta el dolor al escuchar el sonido de los guantes golpeando los cuerpos de los boxeadores.
Allí, no solo pelea quien está en el 'ring', pues en la esquina y en las barras se escuchan las indicaciones de personas, que falta poco para que se suban a golpear al contrincante de su favorito. "Apuñálalo, loco", le gritaba la mamá a uno de los boxeadores, y es que se escucha cada frase... y hasta insultos.
Métele "cañaña", volvía a vociferar la señora, quien aseguraba que su hijo sabía qué quería decir con eso... Yo solo miraba a uno de mis compañeros, quien se reía al ver mi expresión, sobre todo, cuando vi de cerca la parte en que los boxeadores escupen, una especie de embudo, como diría mi sobrina "¡Qué astooo!".
La verdad, la experiencia fue única y creo que me sumaré a otras peleas, pues ya al final me puse de pie a verla más de cerca, a punto de empezar a gritar, no tanto como "apuñálalo, loco", pero sí a tratar de animar a mi favorito.