
El lunes, los padres de familia deberán acudir a las instancias para seguir el caso.
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El viernes, a eso de las 8:00 p.m. en la Calzada de Amador, unidades de la Policía hicieron detenerse a las dos chivas parranderas donde iban los menores de edad libando y, para colmo, sin la compañía de ningún adulto.
En uno de los vehículos iban 91 jóvenes, y en el otro 51; ambas actividades eran independientes, y para rematar, en una había un bartender quien era el asignado para servir los tragos.
De los buses se decomisaron 50 jeringuillas que eran utilizadas para los “chat” de licor y botellas de diferentes marcas de licores.
Los adolescentes fueron conducidos a la subestación de Policía, ubicada en Diablo. Algunos no podían caminar por la ingesta de alcohol. Allí fueron retenidos hasta que llegaran sus padres.
Mirta Mosquera, subcomisionada de la Policía de Niñez y Adolescencia, manifestó que los padres deben estar atentos a dónde van sus hijos, pues algunos aceptaron saber que sus vástagos irían a una chiva parrandera.
“Estos jóvenes estuvieron en riesgo social que atenta contra su salud, su integridad, valores y los buenos principios”, explicó Mosquera.