Qué tal Moza, mi nombre es Pedro y te escribo para contarte una triste historia. Lo que a mí me pasa es que confié mucho en una mujer y ahora estoy pagando con creces ese precio.

Yo digo esto, porque le entregué todo mi corazón a una mujer y ahora descubrí que ella me está traicionando con otro. Moza, nadie me lo contó, cuando llegué a mi casa un día temprano, porque me sentía mal en el trabajo, yo mismo los vi, nadie me dijo nada.

Ella es mi chica desde que yo tenía 23 años y ahora que tengo 25, tenemos más de seis meses de vivir juntos; no entiendo por qué me hizo algo así, si ella sabía que la amaba.

Cuando vi a ese hombre en mi cama con ella, quise matarlo, pero gracias a Dios salió huyendo, pues en estos momentos estuviera preso y tal vez ellos felices disfrutando mi desgracia. He tratado de olvidarla, pero no puedo y ella, aunque lo dudes, ha tenido el cinismo de llamarme dizque para disculparse.

No sé qué hacer, la odio y quisiera volver a su lado sólo para vengarme, cobrarme lo que me hizo; pero también me pongo a pensar que no vale la pena, que es mejor que me aleje de ella.

Dime qué puedo hacer, me estoy volviendo loco. Pedro.

ELLA TENDRA SU CASTIGO

Hola Pedro, qué triste historia la que me cuentas, no entiendo cómo a veces una mujer se arriesga a tanto en su propia casa.

Me pides un consejo y te noto ansioso y desesperado; por eso, quiero pedirte que tengas calma y que no hagas nada de lo que me has dicho. A mí me parece que esa chica sufrirá más con tu indiferencia y tendrá su castigo en el momento que menos lo espera. No te vengues, su peor castigo seguro fue meterse con ese chico, el tuyo no fue conocerla, piensa que es una experiencia que ganaste y que pronto encontrarás a alguien que sí valga la pena.

No te ensucies las manos, no se lo merece. ¡Suerte!