Vientos huracanados soplan por los predios de la Policía. Y no es para menos, tomando en cuenta que a quienes les corresponde luchar contra lo sórdido, lo podrido, lo dañino, son justamente los que ahora se encargan de ser los protagonistas de historias de terror, que tienen que ver con asaltos a mano armada, hurtos y hasta secuestros y asesinatos.
Una manzana podrida daña a las demás y esto cobra proporciones desmesuradas, si esas manzanas están enquistadas en las más altas esferas de esa entidad de seguridad del país. Si hay que sacarlas, háganlo.
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