¡Qué emoción, Dios mío! Amigos, si no fueron al concierto de Tony Meléndez el lunes, en el Teatro Balboa, no saben ni se imaginan el gran mensaje de esperanza, fe y amor que se perdieron. Sí, el alma de los que allí estuvieron salió tan noble y llena de fuerzas para superar los obstáculos que de seguro todos podrán enfrentar en la vida. ¡Oh...!

Fue una velada cargada de euforia y emoción, pues el también guitarrista entregó su voz y su talento a todos los que dijeron ¡sí!, en su tan esperado concierto de esperanza para contribuir a realizar sueños bajo el lema "Yo quiero, yo puedo, yo voy". ¡Qué lindo!

Y es que, en medio de una amena y risueña conversación, Tony empezó a tocar y cantar junto a su fiel amiga, la guitarra. Mientras deleitaba al público, él contaba su vida y algunas de sus anécdotas. A pesar de que el teatro se quedó grande al lado de la cantidad de gente que asistió, ese vacío no se vio ni se sintió, pues los que fueron no se marcharon con las manos vacías, ya que una demostración de amor por la vida no la da cualquiera, y eso fue lo que el hombre "con los pies de Dios" ofreció.

Es bueno resaltar que antes de que este admirable hombre subiera al escenario, uno de los grandes artistas panameños, Alejandro Lagrotta, le hizo la calle de honor para abrir el show del año.

Lagrotta enamoró a los presente con temas como "El beso helado", "Sorpréndeme" y "Trágico día". Al finalizar su repertorio se despidió con un beso y le dio la bienvenida nuevamente a tierra istmeña a Tony.

Definitivamente, este será uno de mejores conciertos del 2008 y fue ofrecido por un hombre humilde e inspirador. ¡Anoten para la próxima amiguitos!