El silencio y las caras largas imperaron en los rostros de los fanáticos, a la caída de los goles trinitarios que sepultaron a Panamá en lo más profundo de la tabla de la Hexagonal Final de la CONCACAF.

Ayer, el equipo de reporteros de DIAaDIA se trasladó a Pan de Azúcar, específicamente a la Barbería del Pueblo, en donde, mientras los muchachos trabajaban, miraban de reojo el partido, para no equivocarse en el corte que había pedido el cliente.

Los gritos eran de esperarse y, según uno de los espectadores, que sólo se paró de su silla para comprarse una refrescante cerveza, la media cancha nunca se vio y los goles de la selección de Trinidad y Tobago fueron porque los contenciones, Alberto Blanco y Gabriel Gómez, no metían el pie como hombres y no iban al choque y a la vez también añadió que la delantera nacional estaba mal plantada, ya que "El Bombardero" Brown no daba el máximo esfuerzo en buscar los balones.

Lo cierto es que la fanaticada del fútbol recibió un fuerte golpe ayer, pero como la vida sigue igual, sólo nos queda esperar el miércoles a la poderosa escuadra de Estados Unidos, rezarle y prenderle una vela a San Judas Tadeo, el santo de los casos imposibles, para ver si sacamos la victoria y cambiar el sabor amargo que nos dejó esa derrota ayer en Puerto España.