A llenar el carrito
Supermercado.

Luis Trujillo | DIAaDIA

A una de las cosas que las personas no le dan importancia cuando hacen supermercado es al orden en que se debe comprar un alimento o un producto. Por eso, a continuación le diremos cómo hacerlo, pero antes de eso, debe tener presente que debe disponer de tiempo para realizarlo bien.

¿Cómo hacerlo?

Cuando la compra se realiza en un supermercado, es muy importante seleccionar el orden en el que va a realizarla.

  • Empiece por los productos que no son de alimentación, ya que no presentan problemas de conservación. Es útil comenzar llenando el carrito con productos que no se van a romper y que pueden soportar el peso del resto de la compra.

  • Posteriormente, hay que adquirir los alimentos que no necesiten frío y que puedan mantenerse a temperatura ambiente. Entre ellos, los alimentos líquidos que se almacenan en cajas, como las latas, botellas de bebidas varias, conservas, etc. El orden dependerá de la resistencia que tengan los envases o productos.

  • A continuación, debe comprar los alimentos refrigerados, es decir, los que necesitan frío (yogur, pescado, carne), e incorporarlos al carro juntos: al hallarse todos en el mismo espacio, el contacto con el aire caliente es menor y mantienen el frío durante más tiempo.

  • Finalmente, adquiera los congelados. Deberá ponerlos en la misma zona donde coloque los alimentos refrigerados, ya que así se asegura de que el frío se conserve más tiempo y de que se mantengan las condiciones de refrigeración. De este modo, será más difícil que se produzca su descongelación.

FRUTAS Y VERDURAS: CON GUANTES

Si la compra la hace en un supermercado, debe tener muchas cosas presentes, pues es usted quien se la despacha.

  • Proteja sus manos del contacto directo con el producto. Póngase guantes plásticos.

  • Por desgracia, las personas tienden a pensar que sus manos están limpias y que es imposible transmitir alguna enfermedad a otras personas, pero no es cierto. En las manos pueden hallarse bacterias procedentes de cualquier superficie, de su propio cuerpo. En cualquier caso, nadie tiene por qué aceptar comer alimentos tocados por otros. Si considera esta práctica, no sólo como una medida de higiene, sino como una muestra de respeto hacia los demás, tendrá un argumento más para que en estos alimentos la contaminación sea menor.

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