Parecen imanes humanos. Están por todos lados, y hasta donde usted menos se lo imagina. Algunas veces hasta se burlan de ellos y los discriminan. Esos son los "señores piedreros", tal y como los llama el Alcalde de la ciudad capital. A pesar de la repugnancia con que son mirados, nadie debe olvidar que ellos son criaturas de Dios, que algunas veces están faltos de amor y cariño familiar, además de otros problemas sociales que cuelgan en nuestro país. Lamentablemente, Panamá no cuenta con un programa estructurado para atenderlos, pese al apoyo que ofrecen las iglesias evangélicas y católicas.
QUERIDA, PERO APARTADA
"La Culiquitaca" es una de esas indigentes que anda por las calles de la ciudad y que es conocida por los capitalinos que transitan por la 5 de Mayo. Siempre carga una mochila acicalada en su hombro y allí lleva lo suficiente como para sobrevivir en esta guerra, dijo ella misma. Esta mujer contó a DIAaDIA que llegó a este estado porque los problemas la atormentaban y, para colmo, nunca tuvo apoyo de su familia, a la que no quiso ni recordar.
Manifestó que se alimenta con las monedas que la gente le da en la calle y que a veces recurre a los mismos restaurantes, donde ya la conocen, y ese tiro no falla, dijo riéndose a carcajadas. Mientras que cuando le va bien, hasta le alcanza para su vicio, reveló.
Añadió que ella es feliz así, pues "no le debo a nadie y gozo piropeando y tirándole besos a los manes buenones, como los uniformados".
LA RAZON DEL PROBLEMA
Según la psicóloga Geraldine Emiliani, el crecimiento de la población de indigentes obedece a la mala distribución de la riqueza en Panamá, a las carencias educativas y a los niveles de drogadicción a los que se someten estos individuos debido a la falta de trabajo, de escuela y de campos deportivos.
La especialista consideró que es muy difícil superar esta condición infrahumana de vida, si no se establece un programa a nivel nacional que dé respuesta a la falta de educación, de vivienda, empleo y amparo social. También agregó que estas personas son una carga totalmente improductiva, de tratamiento costoso y de difícil manejo. Sin embargo, adujo que este problema requiere de un trabajo en conjunto con toda la sociedad, pero no hay interés real de parte de empresarios ni autoridades.
AL ESTILO ANTAñO
Muchos ciudadanos recuerdan que para la década de los '90 llegaban al antiguo Hospital Psiquiátrico buses de 60 pasajeros llenos de indigentes, hasta en los pasillos del vehículo, pues se recogía a todo el que tenía un "aspecto sospechoso". Pero no todo el que es feo, anda sucio y no se baña es indigente, incluso, en los hospitales regulares se notaba gran discriminación con esta población por temor a ser agredidos por uno de ellos.
FUERA DE CONTROL
Javier Jurado, encargado del Departamento de Vigilancia Municipal, calculó que en la capital se desplazan unos 4 mil indigentes. Sostuvo que hay 300 indigentes en proceso de recuperación en el Centro Ejército de Dios, ubicado en Calzada Larga. Con esta organización tienen un convenio de rehabilitación para estos ciudadanos.
El funcionario manifestó que diariamente hay 20 unidades de "Rescate Ciudadano" monitoreando la urbe y que cada mes se realiza un operativo masivo. El punto de acopio es el Centro de Servicios Múltiples Juan Ramón Poll, en Calidonia, allí esta población recibe un corte de cabello, se bañan y se les proporciona ropa, luego reciben atención médica, odontológica y psicológica.
Jurado relató que estas personas están en esa situación por drogadicción, alcohol, abandono o maltrato familiar, también pueden ser enfermos mentales, pero la mayoría son presas de la droga conocida como "piedra".
¿Y DESPUES QUé?
Jurado explicó que después de todo este proceso hay personas que son llevadas al Instituto de Salud Mental, otros son llevados a las corregidurías, y si no portan documentos de identidad son llevados a la Policía Técnica Judicial, donde han descubierto que mucha gente se hace pasar por indigente para evadir la justicia, ya que así han capturado a prófugos, incendiarios y hasta violadores.
Los que tienen problemas mentales agudos se quedan en el Instituto de Salud Mental, otros son llevados al Ejército de Dios, donde en un año son rehabilitados, luego de pasar cuatro meses de desintoxicación, además de la formación cristiana y laboral.
Algunas personas que ya fueron rehabilitadas y que no tienen familiares residen en el Centro Puertas Abiertas y apoyan en la atención de los individuos que un día, como ellos, deambularon por las calles.
LOS GRANDES AUSENTES
En tanto, Juana Herrera, directora del Instituto Nacional de Salud Mental (INSAM), explicó que la mayor incógnita de este problema social es dónde están sus familiares. Explicó que no todos los indigentes que son llevados a esta institución presentan problemas mentales agudos y, según la Clasificación Internacional de Deficiencias, Discapacidades y Minusvalías, no pueden estar privados de su libertad, a menos que tengan un cuadro clínico severo o si presentan una actitud violenta con los demás, y hasta con ellos mismos, de lo contrario, se estaría incurriendo en un delito.
Recalcó que el Código de la Familia es claro en la responsabilidad que deben tener los familiares con estos individuos. Sin embargo, coincidió en que no hay un estudio ni un programa que ataque este problema de raíz, que incluso le resta auge al turismo nacional.
Comentó que desde 1990, con la Declaración de Caratas, donde se promulgan los derechos del enfermo mental, las ideas discriminatorias hacia los enfermos mentales han mejorado.
Herrera detalló que en esta entidad hay una sala de rehabilitación psicosocial, donde hay un cuarto denominado "taller de autoestima", donde las mujeres van y se arreglan, se hacen las uñas, peinados, cortes de cabello y mejoran su apariencia como parte de la terapia.
La directora contó que el INSAM cuenta con el programa de desintoxicación de drogas "30 días", el cual tiene un costo de 60 balboas por día, lo que representa una inversión de mil 800 dólares; sin embargo, esta entidad sólo les pide que aporten B/.200.00.
DIAaDIA consultó en el Ministerio de la Juventud, la Mujer, la Niñez y la Familia (MINJUNFA) si existía una ley que obliga a los familiares a responsabilizarse por uno de estos indigentes o qué ayuda se les puede suministrar, y la Dirección de Familia y Promoción Social informó que ni siquiera estos individuos están incluidos en sus proyectos.
EN LAS CALLES
En en el año 2004 se recogieron mil 413 indigentes, de ellos, mil 142 eran varones y 271 mujeres. A la fecha se han captado 638, de los cuales 504 son hombres y 134 mujeres.
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