Un mundo diferente se abre al cruzar la puerta de hierro, que da acceso a los pasillos internos de los hospedajes ocasionales. El olor a clorox penetrante es buena señal de que todo está limpio, o por lo menos cumplen las mínimas medidas sanitarias.

Luego de pasar por un bar, donde se preparan las bebidas que piden los clientes, nos esperó un largo túnel que se asemeja a un laberinto, puesto que es lo único que comunica a las galeras de las habitaciones de "Las Flores", que le abrió las puertas a DIAaDIA para que conociéramos un push por dentro. Sin previa cita nos atendieron, sólo tuvimos que tocar el timbre.

En las habitaciones que no se estaban usando, una joven cepillaba afanosamente los azulejos y mosaicos del baño. En las que ya estaban listas, todo se encontraba en su lugar, hasta los paquetes sellados con los artículos reglamentarios.

Al adentrarnos, nos encontramos con el área de lavandería, donde los colmos de ropa de cama y toallas esperaban para ser lavados, sin dejar un detalle por fuera.

DE LUJO

Alejandro Alonso, uno de los accionistas, explicó que procuran que la limpieza sea como en un hotel 5 estrellas.

Aunque en horas de la mañana se limpian los cuartos a profundidad, a lo largo del día se supervisa apenas deja un cliente la habitación y el otro entra.

Alonso está seguro de que este aspecto es uno de los secretos para conservar a los clientes, porque el cliente regresa adonde hay la mejor higiene.

SEGURIDAD

Aclaró que ellos sólo monitorean con cámaras las áreas de seguridad, que son las exteriores.