La camisilla es símbolo de orgullo de nuestro folclor, un elemento auténtico y único, pero hay muchas cosas que debemos tener presente sobre ella. Para ello, hoy invitamos a Edmundo De La Cruz, un folclorista que nos habla sobre esta hermosa prenda de vestir.
Para este hombre, es muy difícil ubicar la fecha en que apareció la camisilla en Panamá; sin embargo, existen algunas pistas que nos dicen que por el año 1848 ya se hablaba de la prenda, pero con otro nombre. En ese entonces le llamaban "cubana", porque tiene muchas influencias de Cuba. También se hablaba de la palabra "garibaldina", que viene de un apellido que correspondía a un General que pasó por el país y le gustaba usar ese estilo de ropa. Manifiesta De La Cruz que con este nombre se dio a conocer en nuestra tierra.
Explica que generalmente fue hecha de tela blanca, pero que tal vez existan otros aspectos, por lo que hay que seguir investigando, pues existe mucha información que no está clara.
"Así surge la camisilla, es una manifestación, un hecho folclórico que ha evolucionado como debe ser; es decir, de una forma plástica, paulatina y que la colectividad lo acepta así", mencionó.
Para De la Cruz, su poder enriquecedor está en las "alforzas" que se hacen, la costura que unen la tela y hacen que parezca una pechera, de hilo y buen gusto, sobre todo, en la parte de la espalda.
Entre otras cosas nos comentó que el corte de una camisilla es muy cuadrado y se le puede comparar con una pijama.
Agregó que para hacer una camisilla se necesita un aproximado de cinco yardas de tela, para hacer la cantidad de alforzas que se requiere.
No crea que le hemos contado todo, la camisilla también es conocida porque es de cuello chino, que es muy delgado y pequeño. Se usa por fuera y no se le aprientan las mangas.
La tela que se utiliza es de hilo, otros prefieren la tela "rami". El precio ha variado con el pasar del tiempo. Hace 15 años se compraba con 20 dólares, ahora una buena está valorada en 100 dólares. Tanto es así, que según De La Cruz, cuando usted va a las artesanías ganadoras, puede conseguirlas hasta por 400 dólares.
El folclorista dejó claro que el alto valor de la camisilla no es por el material, sino por la mano de obra y el tiempo que le dedican para confeccionarla.
DISEñO
Hay que manifestar que no todos los modelos son iguales, pues existen algunas piezas en las que el trabajo de "alforzas" es más notado. "El diseño panameño es único, algunos tienden a llamarla "guayabera". La camisilla verdadera es hecha totalmente a mano", agregó.
El conocedor asegura que cada panameño tiene una manera cariñosa de llamar sus tradiciones y que el verdadero tesoro de la camisilla es saber que es hecha totalmente a mano y que demora dos o tres meses.
La camisilla no está de moda, pero sí se ha notado en los últimos años que han querido darle más promoción. "Cosa que es muy buena", manifiesta De La Cruz, pues es una tendencia que no está saliendo del artesano, sino del panameño.
Bueno, amigo lector, como se acerca el Día del Padre, no dude en obsequiar una, ya que es el regalo perfecto.