
Santiago padre y Rosmery están orgullosos de sus hijos.
Fotos: JES? SIMMONS
Santiago padre y Rosmery están orgullosos de sus hijos.
Fotos: JES? SIMMONS
Santiago padre y Rosmery están orgullosos de sus hijos.
Fotos: JES? SIMMONS
Joel quiere un balón de fútbol nuevo.
Santiago enseña computación a los niños de la comunidad.
Santiago padre y Rosmery están orgullosos de sus hijos.
Fotos: JESÚS SIMMONS
Joel quiere un balón de fútbol nuevo.
Santiago enseña computación a los niños de la comunidad.
Santiago padre y Rosmery están orgullosos de sus hijos.
Fotos: JESÚS SIMMONS
Joel quiere un balón de fútbol nuevo.
Santiago enseña computación a los niños de la comunidad.
Santiago padre y Rosmery están orgullosos de sus hijos.
Fotos: JESÚS SIMMONS
Joel quiere un balón de fútbol nuevo.
Santiago enseña computación a los niños de la comunidad.
Santiago padre y Rosmery están orgullosos de sus hijos.
Fotos: JESÚS SIMMONS
Joel quiere un balón de fútbol nuevo.
Santiago enseña computación a los niños de la comunidad.
En su humilde residencia, en La Bonga de Capira, ven cómo sus hijos luchan por salir adelante, a pesar de la artritis juvenil que padecen Santiago, de 25 años, Rosmery, de 17, y Joel, de ocho.
A Santiago, la enfermedad le ha deformado la columna vertebral, por lo que su tamaño es de un niño de ocho años, pero esto no ha sido impedimento para lograr sus sueños, pues con mucho esfuerzo obtuvo un técnico en Sistemas en la Universidad Metropolitana de Educación, Ciencia y Tecnología (Umecit), ubicada en Plaza Italia de La Chorrera.
Pero sus sueños van más allá, por eso sigue estudiando para alcanzar la licenciatura en Sistemas. Sin embargo, esto no es fácil para él, ya que para asistir a la universidad todos los sábados, que queda a dos horas de su vivienda, debe gastar 20 dólares en pasaje, porque la chiva cobra $5.00 por persona, y por su enfermedad tiene que acompañarlo su mamá, de allí que el pasaje sea tan costoso.
Su hermana Rosmery también está luchando, pues está en sexto año y piensa ir a la universidad. También hace bisuterías y es una excelente dibujante.
Lo que más anhelan los padres de estos chicos es una ayuda económica del Gobierno para poder seguir pagándoles los estudios. Además, un transporte con el que Santiago pueda asistir a la universidad. Ellos también necesitan $340.00 para terminar de pagar la computadora portátil que le compraron a crédito a “Santiaguito”, como le llaman de cariño a su hijo.