Guadalupe Romucho tiene 39 años, es una mujer decidida a sacrificarse por darle a sus hijos una educación. Ella es peruana, pero desde hace 9 años emigró a nuestra pequeña tierra, con la intensión de acompañar a su hermana que se encontraba sola y a la vez buscar un trabajo, ya que la situación económica está peor en su país.

Desde entonces y sin pena, se ha dedicado a vender agua de pipa, ensalada de mango y chicha de limón con raspadura a 25 centavos cada producto.

Gracias a los esfuerzos que hace, trabajar desde las 9: 00 de la mañana hasta las 6: 00 de la tarde casi todos los días, sus hijos han logrado asistir a la escuela y ha podido mantener sola su hogar.

Tiene cuatro hijos, dos de ellos los ha enviado de vuelta a Perú, pero siempre les manda dinero.

Hace un año se instaló en la entrada de la Peatonal, pero como ella misma dice, "la situación ha ido desmejorando", pues con los últimos problemas que sufre nuestro país las ventas han decaído.

Sin embargo, allí se mantiene optimista y dedicada a salir adelante por sus hijos.

"Ganarse la vida honradamente no es un pecado y así como pude llegar a Panamá y buscar un trabajo independiente, muchos otros que están desempleados también pueden hacerlo, sólo es cuestión de querer seguir adelante sin pena a nada", afirmó.

DON DE GENTE

La peruana se ha dado a querer por sus compañeros buhoneros que están a su alrededor.