No hay un día que su patio esté seco. Cada vez que llueve, las zanjas y cunetas de calle 3, Monte Oscuro, se desbordan y van a dar a la casa de la señora Ismela Palacios.
Y no sólo las cunetas contribuyen al desborde de las aguas, sino también las aguas servidas del parque y de algunas casas.
Esta situación la tiene preocupada, pues hay niños que pueden sufrir enfermedades endémicas. Las autoridades no le dan respuesta desde el año pasado.
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